Fundación Beethoven apuesta por las cuerdas de Ensemble Caméléon

Desde Boccherini y hasta Dvorák, pasando por un arreglo de la Sinfonía «Pastoral» de Beethoven, ofrecerán el martes en el Municipal de Las Condes.

ROMINA DE LA SOTTA DONOSO
La temporada «Fernando Rosas» 2017 de la Fundación Beethoven trae de vuelta al Ensemble Caméléon, a cinco años de su debut en Chile. Dos de los compositores que abordaron entonces vuelven a formar parte de su programa: Boccherini y Beethoven. Pero la experiencia será muy distinta, porque en 2012 trajeron como invitado al famoso flautista Augustin Dumay, y ahora solo vienen los siete intérpretes de cuerdas que conforman el conjunto.

«Somos como los camaleones; nos gusta explorar todos los tipos de colores musicales, sin limitarnos a nuestros siete instrumentos de cuerda. Por eso nos concentramos en buscar y confrontar distintos estilos», comenta la violinista Sonja van Beek (1973), líder del ensemble.
«Cuando uno se enfrenta a diferentes lenguajes en un solo programa, se siente como un viaje, y eso al público le gusta. En un mundo tan acelerado como el de hoy, la gente quiere cambios veloces», agrega.

Los holandeses darán este lunes en el Centro Cultural Carabineros de Chile un concierto gratuito para estudiantes, y el martes en el Teatro Municipal de Las Condes, uno para público general (Fundacionbeethoven.org).

«Nos gusta tocar para jóvenes estudiantes, y también nos gusta trabajar con ellos», asegura Van Beek. El compromiso de estos intérpretes holandeses con las nuevas audiencias se refleja en su estrecho vínculo con el Centro Cultural Splendor, en Ámsterdam: son parte de los 50 músicos que autogestionan este espacio, donde el abono a 50 conciertos anuales cuesta apenas $75 mil. «Se ofrecen allí muchos espectáculos artísticos y podemos trabajar en proyectos creativos. Además, se hacen talleres de música para niños pequeños», dice Van Beek.

Contrastes sonoros
El programa para Santiago del Ensemble Caméléon es contrastante y recorrerá desde el estilo Galante hasta el Romanticismo, pasando por el Clasicismo.

En la primera parte, tocarán el Quinteto de cuerdas en Do Mayor de Boccherini, compuesto a fines del siglo XVIII, y el Quinteto de cuerdas en Mi Bemol Mayor, Op. 97, de Dvorák, escrito un siglo después, en 1893. Van Beek destaca que la pieza de Boccherini es muy entretenida, y que «exhibe el virtuosismo individual de los miembros del ensemble, especialmente del chelo, pues el propio Boccherini era un virtuoso chelista».

Dvorák, en tanto, escribió el quinteto elegido justo después de la Sinfonía «Desde el Nuevo Mundo» y de su «Cuarteto Americano». «Pero en su música hay una enorme influencia del folclore de su nación, y por eso es tan energética. Además, la melodía lenta en el trío del segundo movimiento suena como una canción gitana. ¡Amamos tocar este Quinteto!», dice Van Beek.
En la segunda parte del programa, en cambio, el Ensemble Caméléon exhibirá su faceta sinfónica, cuando aborde el arreglo para sexteto que hizo Michael Gotthard Fischer de la Sexta Sinfonía, «Pastoral», de Beethoven. Esta reducción fue realizada en 1810, apenas dos años después de que la sinfonía fuera escrita. «En esa época era común transcribir sinfonías y óperas a tríos, cuartetos o sextetos, para poder tocarlas en forma privada en los salones de los ricos y nobles», apunta Van Beek.

Este arreglo logra reproducir la riqueza colorística de una orquesta a través de seis instrumentos de cuerda, y en él se pueden reconocer las escenas campesinas, el arroyo y la tormenta que Beethoven describe en la sinfonía original.