Retorna el Lincoln Quartet desde la Sinfónica de Chicago

Cuartetos de cuerda de Schubert, Beethoven y Ravel abordará este lunes el conjunto en el Teatro Municipal de Las Condes, dentro de la temporada de la Fundación Beethoven.

Romina de la Sotta

La Sinfónica de Chicago es una de las orquestas más importantes del globo. Fundada en 1891, tiene un sonido propio, ha ganado 58 Grammy, y desde que su titular es Riccardo Muti, da 100 conciertos al año. Cuatro de sus instrumentistas llevan 22 años desarrollando una carrera paralela como cuarteto de cuerdas. El Lincoln Quartet lo integran las violinistas Qing Hou y Lei Hou; el violista Lawrence Neuman y el violonchelista Kenneth Olsen, quienes ofrecieron un inolvidable concierto hace dos años, aplaudido por el público y la crítica. ‘Solo tenemos buenos recuerdos, el público estuvo atento. Además, caminamos mucho por el Parque Metropolitano, y las vistas de las montañas y la ciudad eran hermosas’, recuerda Lawrence Neuman. Ahora, la Fundación Bethoven los volvió a invitar para la temporada ‘Fernando Rosas’.

Darán dos conciertos a las 19:30 horas. El lunes en el Teatro Municipal de Las Condes, para público general, y el martes para estudiantes, en el Teatro de Carabineros (abonos e invitaciones gratuitas en Fundacionbeethoven.org). ‘Haremos un doble contraste: primero, entre dos obras muy distintas de Schubert y Beethoven, y luego, entre el Clasicismo Vienés que ellos dos representan y una pieza que fue escrita casi cien años después por Ravel’, adelanta Neuman. Interpretarán el Cuarteto de Cuerdas en Do Menor, D. 703, de Schubert, y el N° 11, Op. 95, ‘Serioso’, de Beethoven, en la primera parte, y en la segunda, el único Cuarteto de Cuerdas de Ravel. Los dos primeros son de 1820 y 1810, respectivamente.

‘Son muy diferentes en estilo, carácter y en la naturaleza misma de la música. Schubert es muy lírico, y sus melodías son increíblemente largas y hermosas. Beethoven, en cambio, escribe con segmentos muy cortos y enérgicos, que producen un efecto dramático muy distinto’, explica el viola. Respecto de la pieza de Ravel, que es de 1902-3, Neuman destaca las texturas, las innovaciones rítmicas y el uso tanto del cromatismo como de escalas pentatónicas. La violinista Qing Hou, quien también es del Lincoln Quartet, y además es su esposa, revela que ‘como crecí en China, cuando toco este cuarteto de Ravel, su sonoridad me recuerda mi infancia’. —¿Cómo pueden ser colegas en la misma orquesta, tocar en el mismo cuarteto por 22 años y además estar casados? ‘Si solo estamos nosotros dos, podemos discutir como cualquier matrimonio.

Pero si estamos los cuatro músicos del cuarteto, nos olvidamos de nuestro estatus de casados’, responde Hou. ‘Es una democracia, así que a todos nos toca decir de vez e n cuando ‘ Okay , tres personas quieren hacer esto de otra manera, haré lo que quiere la mayoría’’, asegura Neuman.

—¿Por qué es importante para ustedes trabajar como cuarteto con lo exigente que es la agenda de la Sinfónica de Chicago? ‘Amamos tanto el repertorio de cámara, que hacemos lo posible por tocarlo’, dice Hou. ‘Son tres razones. Existe música de cámara que es tan increíble, que lo único que quieres es tocarla, porque te apasiona. Además, en la orquesta tienes que producir un sonido que se funda con tu fila, y no puedes escucharte a ti mismo, lo que siempre puede perjudicarte a largo plazo. La tercera razón es que cuando haces música de cámara, tomas tus propias decisiones interpretativas, a diferencia de la orquesta, donde ese es el trabajo del director’, cierra Neuman.